Que la luz de tu amor guíe mi vuelo, que en el batir de mis alas no se agoten las fuerzas y que a pesar de lo pequeña, sola e insignificante que parezca ante semejante majestuosidad, mi existencia tenga algún sentido para la humanidad.
Duele partir, duele desprenderse, duele despedirse, duele empezar a volar, pero no tengo duda, de que ese dolor anuncia que mi vida comienza a cambiar.
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