Muchos de nuestros condicionamientos sociales entorpecen el curso natural de nuestro ser, y así pasamos la vida atrofiados, desviados e infelices.
Si lo pensáramos con lógica comprenderíamos que cuando algo requiere un esfuerzo muy grande es justamente porque no estamos siguiendo el curso natural de nuestro ser, no estamos siguiendo lo que nos conmueve, lo que amamos, lo que nos hace felices.
La sociedad se ocupa de decirte lo que espera de ti, te demanda si no cumples. ¿Y acaso lo que ella espera de ti es lo que tú quieres y eres?
Mientras vayas por tu vida esperando que otros te valoren por ser lo que no eres, buscando de forma compulsiva ser aprobado socialmente y asumiendo con sufrimiento que lo que otros quieren es lo que tú también quieres, entonces te sentirás perdido, enajenado y lleno de miedo.
Redescubre tu curso natural, confía en ti, sigue aquello con lo que fluyes, acéptate por lo que eres, conócete, ámate y siente la libertad de ser quien eres.