Ella nunca se detendrá por nadie, porque ella solo sabe vivir. Ella se sabe deseada, perseguida y encontrada, ella pone a palpitar los corazones, ella enciende todas las conexiones.
No me atrevo ya a pedirle nada, porque al final ella reparte como mejor le parece. Le agradezco todo, lo "bueno", lo "malo", lo "absurdo", lo lógico, lo "amargo" y lo "dulce", en fin, todo...
La vida sin duda me ama, aunque en algunas circunstancias pareciera hacer gala de una indiferencia extraordinaria, pero luego me sorprende con belleza luminaria. Y entonces, me abraza, me estremece hasta el punto de temerle a la muerte y poder perderle para siempre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario