Existen tiempos donde para algunos árboles nada puedes hacer para evitar que se sequen o que sus hojas caigan, es un ciclo por el cual ellos pasan, es parte de su naturaleza, tratar de evitarlo será frustrante e inútil. Por más abono o agua que uses ellos igual cambiarán de color, se secarán y se desvestirán. Sin embargo hay otro tipo de árbol que se mantiene verde y frondoso todo el año, es como si para él no existiese las estaciones y sus cambios.
Ahora, cuando llega la primavera los árboles que han sufrido los cambios más drásticos no solo se revisten con hermosas flores, sus hojas tienen un brillo incomparable y justamente ellos hacen la gran diferencia y de estar desnudos y secos pasan a ser los mejor vestidos, se perciben más frescos, más vivos. La primavera no sería lo que es sin su renacimiento.
Es posible que te sientas como un árbol de esos que se mantienen verdes todo el año y eso es maravilloso, eres mucho más resistente en los tiempos de cambio climático, estás diseñado para hacer lo que otros por naturaleza no pueden, es como mantenerse en pie y despierto todo el tiempo. O de repente eres como esos árboles que sufren los cambios más radicales, y la manera de sobrevivir es una especie de rendición, es una forma de sometimiento involuntario nada lo detendrá, tus hojas caerán y desnudo y al intemperie quedarás. Eres de esos que cuando experimentan un cambio se entregan y en apariencia lucen débiles y tristes aunque sus raíces están aferradas a la vida lo que vemos nos engaña porque lo que allí se está gestando es pura vida.
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