La separación o no sentir que perteneces ha sido una vivencia tan dura para el hombre que asoció el castigo de Dios a una expulsión del paraíso, en pocas palabras a una separación del mismo.
No pretendo darle un carácter religioso a mi reflexión pero me es necesario mencionarlo para que puedas comprender lo importante que es para los seres vivientes ser incluidos, sentir que pertenecen o forman parte y lo traumática o desgarradora que puede ser la vivencia de exclusión o separación.
Creernos separados ha sido el problema originario. Hemos caído en una profunda confusión.... Percibirnos como si estuviéramos aislados, como si no fuésemos parte uno de los otros.
Sentir que no perteneces te anula, te desangra, te desahucia...
No hay peor desajuste o dolor que justamente ese de creernos y sentirnos separados. En este punto podríamos entender perfectamente a esos que se deprimen por su soledad, por aquellos que lloran la muerte de un ser querido, cada vez que sentimos que nos arrebatan algo sufrimos porque revivimos la sensación de separación.
Hay un decir algo tonto y hasta falso, ese donde se dice: "yo nací solo por lo tanto no necesito a nadie". Tonto y falso, porque vienes de un vientre que te ha alimentado, has sido absolutamente dependiente hasta incluso en tus primeros años.
Ser parte, pertenecer, estar incluidos socialmente, es un derecho y una necesidad tan básica como alimentarse para crecer sanos. Es una necesidad socio emocional que si no es satisfecha genera individuos trastornados.
Cualquiera que ocupe un lugar de autoridad o liderazgo en la sociedad (padres, maestros, estado, gobierno, etc.) debe velar por la satisfacción de esta necesidad.
La exclusión es típica de autoridades represoras, autocráticas, radicales y sumamente enfermas, que piensan que por no ajustarse a sus criterios los individuos deben estar privados de participar y obtener las mismas oportunidades de quienes no les adversen.
Perder el rumbo saludable de una sociedad es llevarla a la destrucción desde sus bases. Y esto es prácticamente una manera de desangrarla lentamente hasta verla morir.
Es tiempo de tomar en tus manos el derecho de ser parte y el deber de incluirte e incluir. No estamos separados, nos afectamos unos a otros y nos necesitamos convenientemente para sobrevivir. Oigase bien, no es un romanticismo, es una realidad, una conveniencia para mantenernos a salvo y seguros. (Somos seres interdependientes)
Incluirte es hacerte parte de mi y que tú me hagas parte de ti. La inclusión es esa comprensión de que siempre hemos sido y seremos parte.
Incluirte es darte y recibir todo lo que siempre nos ha hecho falta. Es una excelente forma de amarte.
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