domingo, 13 de julio de 2014

Dejar ser, dejar partir y ser libre.

La vida y la naturaleza está diseñada para la libertad. Las ataduras y apegos nos quitan belleza y autenticidad. Observa las aves cautivas y observalas en vuelo... 
Ellas son lo que son en libertad.

No oses en la pretensión de mantener cautivo nada ni a nadie. Todos están en su derecho de partir cuando así lo crean necesario o pertinente. No te empecines en la ilusión de ser absoluto dueño. Vivir pretendiendo dominar o atar te hará más esclavo que aquel a quien le quitas libertad. Dejar partir también te hará libre.
  
No sufras cuando sea el tiempo de ver partir, date el permiso de comprender y disfrutar de la libertad que viene para ti cuando el otro ejerce su libre albedrío. No somos quienes para impedir el crecimiento de otro.
  
Desprenderte te obliga a crecer, te impregna  de mucha magia y fuerza. No hay belleza más cautivante que esa que se encuentra libre. Todo lo disfrutarás plenamente mientras no esté cautivo.
  
La libertad es un ejercicio intenso de responsabilidad y a demás cuando la ejerces te haces más poderoso y valiente. En cautiverio se corren menos riesgos y pierdes condiciones, se produce atrofiamiento y se desvirtúa la naturaleza del ser. 

Todo aquel que se deja robar sus espacios de libertad suele hacerlo por pura comodidad. Todo aquel que castra o corta alas lo hace por miedo a ejercer su propia libertad. Asumir la libertad te llena de compromisos y retos casi todos asociados con la voluntad. 




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