El amor se traduce en acciones que enaltecen a quien las ejerce. El amor nada tiene que ver con la cursilería "romántica" que muchos saben decir o repetir sin ser acompañada de acciones que la sustente o soporte.
Se ha trillado el amor de tal manera que con frecuencia escuchamos o leemos a personas que afirman no creer en él. Pero la situación acá es justamente que, dejan de creer en lo que jamás debieron creer. Basaron su creencia en falsas palabras y promesas producto de arrebatos viscerales, hormonales y completan un cuadro muy patético cuando a ellos se anexa una gama de síntomas psicopatológicos.
Existen estafadores del amor, expertos en vender una mercancía que dicen tener pero ninguno que la compra la logra obtener. Estos estafadores son creativos diseñando cursilerías "románticas" y usan su repertorio musical y hasta poético una y otra vez con cada una de sus víctimas, ya las conocen a millas de distancia. No necesitan explorarlas tanto, ellas son fáciles de identificar.
Ávidas de amor, envueltas por una sensación interna de soledad, desprovistas de autovaloración y dispuestas a escuchar una sarta de tonterías que llegan a ella porque aún le queda la esperanza de "hallar un amor verdadero".
Pero el amor verdadero no es fundamentado en cursilería ni palabrería. Las palabras sin acciones que sustenten caen al vacío, es una perdida de energía para quien las dice y una perdida de tiempo para quien se detiene a escucharlas.
Cada palabra bien soportada en acciones es auténtica y sincera. Sentir que se ama o que te aman no es suficiente para sostener lo dicho o sentido. Lo que soporta a la palabra o al sentimiento son las acciones que se realizan para confirmarlo en la realidad. El amor verdadero es más real de lo que nos gustaría reconocer.
Para empezar una relación de amor romántico o de pareja se necesita en inicio conocerse, lidiarse, escucharse, tocarse, mirarse, olerse, tomarse de las manos y caminar junto al otro, en pocas palabras confirmarse uno al otro. Si no hay esta posibilidad al principio, es muy factible que a la larga te des cuenta que pierdes el tiempo. El mundo virtual como nuestro mundo real está lleno de estafadores de toda índole. Pero en el mundo virtual la estafa "amorosa" puede hacerse con más facilidad, hay muchas víctimas y victimarios. Gente que cumplen todos los requisitos para el hambriento y desvirtuado estafador. Gente sedienta de compañía, con pocas destrezas sociales, baja autoestima, fáciles de estafar por sus características y por no tener la facilidad de confirmar elementos que terminarán en su imaginación, por ende, el estafador amoroso hará gala de su arte manipulatorio. Y aunque víctima y victimario suelen tener en común algunas características, el estafador amoroso suele ser mucho más trastornado.
Si ya te ha pasado sabes de lo que te estoy hablando, si aún no lo has vivido, es posible que no tengas las características ya mencionadas, bien sea como víctima o victimario.
¿Qué piensas acerca de este tipo de relaciones y de quienes las conforman?
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