Las suposiciones, los juicios, los malos entendidos, el orgullo, la incapacidad para empatizar con el otro, pero sobre todo la ausencia de sinceridad y honestidad, afectan profundamente las relaciones en general.
Rompemos vínculos de años solo por mal entender o suponer lo que el otro piensa o siente con respecto a nosotros o a una situación en particular.
Juzgamos desmedidamente sin procurar un acercamiento genuino, honesto, donde podamos expresar nuestras dudas e incertidumbres para aclarar y ver juntos la verdad colectiva y no solo la individual.
Nos cuesta entender que nuestra percepción es única y que el otro no necesariamente ve lo que tú estás viendo, pensando o sintiendo, nos enfrascamos en "tonterías", no toleramos que otro piense, sienta o haga las cosas distinto a nosotros.
Nos perdemos en comportamientos algo egoístas y olvidamos que en esas diferencias está el verdadero valor de nuestro crecimiento interior.
La comunión con otros es alimento para el alma, y para ello necesitamos abrirnos con honestidad, arriesgándonos a quedar expuestos y vulnerables, pero si el otro arriesga y se abre con sinceridad los resultados producen eso que llamamos AMISTAD.
Si no somos completamente honestos en nuestras relaciones perdemos el ingrediente principal, ese donde la aceptación y la confianza trabajan sin cesar fortaleciendo los lazos de hermandad.
NO PODEMOS EXPERIMENTAR EL SENTIDO DE COMUNIDAD (común-unidad) sin desarrollar el valor de la AMISTAD.
Cuanta verdad tiene usted en todo!!! Un saludo y una pregunta se puede compartir sus reflexiones en facebook copiarlas claro con su firma!!!
ResponderBorrarGracias Doménico!! Claro que puedes compartir. También puedes leerme en facebook. Mi usuario es Psicologa Ana Parra.
BorrarUn abrazo!!!
Gracias Dios le bendiga!!! Saludos
Borrar