Hay una necesidad que surge desde mi interior, de alguna manera siento que me urge saciarla, es hambre y sed de crecimiento.
No puedo responder el por qué se produce, ya en este punto en el que me encuentro crecer interiormente es tan prioritario como comer, beber y respirar. Tan sagrado y placentero como el sexo que en manos propias o ajenas me lleva, me impulsa, me eleva...
Procuro crecer en cada respiración consciente y eso mientras viva no se detiene.
Tengo sed de crecer, cada experiencia, cada aprendizaje por doloroso que sea es un sorbo de agua pura y fresca.
Tengo hambre de crecer, por eso es que cada encuentro casual, formal, de corto o largo tiempo me entrego completamente sin miedo porque estoy segura que no tengo nada que perder, pero tampoco con la intención de ganar, destacar o conquistar, lo que realmente busco es saciar.
Tengo tantas ganas de crecer, que seduzco al momento presente para entregarme en cuerpo y alma a él.
Crecer interiormente es alinearme con algo que en mi surge natural y hasta instintivo. Cuando NO me alineo con ello me enfermo, me deprimo, es como estar en inanición, muy sedienta, casi asfixiada y castrada.
Cuando no busco conscientemente crecer, mi ser se encuentra prisionero, el crecimiento interior genera una libertad sin igual y en cada paso que adelanto se respira un aroma esencial.
No busco crecer interiormente por temor al "castigo divino" o "al infierno."
Tampoco busco crecer para obtener un lugar privilegiado en el "cielo."
No me mueven las doctrinas ni las creencias religiosas.
Me mueve mi naturaleza interna y ella como todo en este plano persigue con vehemencia su propósito. Y es que ya no es un acto de voluntad, ya en este punto es necesidad...
¡VIVO PARA CRECER INTERIORMENTE!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario