viernes, 22 de enero de 2016

MI DIARIO. Meditación #3

La fuerza que mueve mi vida, lo que la conduce, lo que me guía, es sin duda el amor. 

Quienes me aman (que son quienes de verdad me conocen) podrían dar fe de esto que estoy diciendo acerca de mí.  Y no es que necesite que otro lo certifique, porque mis acciones, mi estilo de vida, y más aún, mis frutos hablan por sí solos. 

No soy perfecta ni quiero serlo (por lo menos no la "perfección" que se suele publicitar e incitar en este mundo). 

No persigo las típicas metas sociales para alcanzar éxito, fama ni riqueza, no he ido tras el "tener" porque tengo muy claro que mi enfoque va dirigido hacia el ser. 

Y por supuesto que he sentido y siento de vez en cuando culpa, rencor, vanidad  y  miedo, pero por eso estoy atenta en mí, observándome para que justamente esos sentimientos no guíen, no conduzcan mi vida. 

El amor es para mi una fuerza reveladora, me abre los ojos de par en par, me permite verme y ver con claridad. 

El amor no brota de la nada, es una decisión tomada, amar es un compromiso que tengo conmigo misma. 

Mi decisión de amar no viene tomada desde el miedo a  "quemarme en las llamas eternas del infierno." 

Mi decisión de amar viene justamente de la experiencia de haber sentido miedo, egoísmo, rencor, vanidad o culpa y comprender que ninguno de ellos me da paz. 

Solo el amor me ha permitido encontrar mi máxima pasión. Por ello es que mi afirmación favorita es: 
"La paz es mi pasión." 

Cada vez que pierdo la paz rápidamente comprendo que deja de guiarme o conducirme el amor.  

Esa energía me invita a observarme con atención plena, me permite hacer silencio para escuchar los pensamientos más turbios y confusos que de mi salen. Los observo y con mirada compasiva (sin juzgarlos) los dejo partir, porque comprendo que yo no soy eso. 


AVANZO POR QUE EL AMOR ME MUEVE (Poema) 

Yo busco, y si no encuentro, acepto. 

Toco puertas, si no se abren,  lo entiendo. 

Siembro, abono y riego, sino sale fruto, comprendo. 

Abrazo con toda mi alma, y sino  es recíproco, cierro mis ojos, respiro, quizá salga una lágrima, pero luego suelto. 

Entrego mi alma tibia en un beso, y si la otra está fría, entonces, hierven mis labios, y mientras tanto el alma se muestra compasiva. 

Confío, vuelvo a confiar y si la traición llega por detrás, me volteo, hago una reverencia, me despido y sigo caminando para darme  una nueva oportunidad con alguien más. 

Amo liberando a mi ser interior, si el otro pretende reprimir, le entrego mis antiguas llaves, y sin rencor me marcho confiada, pensando que he hecho lo mejor. 

Psic. Ana I Parra D. 



2 comentarios:

  1. El amor mueve hacia la libertad, esa que te hace disfrutar de tu ser en armonía con lo amado, donde tu entrega nace por latido del corazón y no por el temor de la pérdida. En el amor abrazando sueltas... Tus meditaciones inspiran, un abrazo Ana!

    ResponderBorrar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderBorrar