El camino que edificará y liberará a los pueblos oprimidos es la educación. Educar al pensamiento, educar las emociones, educar nuestras acciones. Un buen avance para iniciar es observarte en tu pensar, sentir y actuar. Asumirte, responsabilizarte de tus compromisos personales y sociales (familia, comunidad e instituciones).
Hay una gran tendencia a vociferar acerca de los derechos, pero qué hay de nuestros deberes u obligaciones. Justamente vivir centrados en eso nos mantiene prisioneros como adolescentes, culpan a su entorno de cada fracaso, les encanta rebelarse sin el mínimo acato de sus más pequeñas responsabilidades, violan normas y sin embargo son totalmente dependientes de sus padres, luchan en vano contra éstos pero olvidan que lo principal es tomar las riendas de su vida, educándose, responsabilizándose y cumpliendo con todas sus obligaciones y el resultado será claro, independencia, libertad, eso sí, bajo el gran precio que siempre se ha de pagar, trabajar, trabajar en sí mismo y por su comunidad. Nadie tiene que decirle lo que debe hacer porque lo hace y lo hará. Siempre será saludable independizarse hasta de un "buen padre".
No conozco al primero que se haya dejado arrastrar por sus impulsos y emociones y venza a sus demonios, por el contrario los fortalece.
Nos encanta que nos digan todo aquello que sale de las vísceras, al parecer eso se conecta mejor con nosotros. Y las ideas, la reflexión, el compromiso... que se pierdan. Cuando nos hacemos a base de impulsos y emociones nos equivocamos todas las veces. Prácticamente no hay aprendizaje ni el dolor educa. Nos gusta el sabor amargo y sufriente en la boca, así no nos responsabilizamos de ninguna cosa.
El sufrimiento es una consecuencia de las malas decisiones. Todas, casi todas decisiones viscerales, emocionales e impulsivas.
El sufrimiento se trasciende con la reflexión profunda que te da la comprensión de lo que necesitas aportar y hacer para mejorar. Los pueblos oprimidos necesitan educarse en la reflexión personal, grupal y social.
Nos hemos equivocado demasiado dejándonos arrastrar por ira, resentimientos, miedos, adoraciones y pasiones. ¡Es hora de reflexionar!
¡Es hora de asumir el compromiso personal y social!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario