La vida está mucho más llena de frustraciones que de logros fácilmente alcanzados. En el camino hacia el logro de metas siempre habrá frustraciones y fracasos. Saber enfrentarlos será finalmente nuestra gran victoria, porque de ello dependerá que persistamos hasta lograr nuestras metas y objetivos más anhelados.
Todos nos vemos expuestos desde que nacemos a frustraciones. O sea a momentos donde no podemos por circunstancias satisfacer nuestros deseos o necesidades.
La frustración sobreviene cuando fracasas en la consecución o logro de una meta.
Entrenarte para aprender a lidiar con la frustración será bien importante durante tu vida. Sin embargo es en la infancia donde se construyeron las bases para educarte en ello. Y si gustas, recuerda qué hacían los adultos cuando siendo niño no obtenías lo que querías. ¿Qué tan pronto acudían para satisfacer tus demandas? ¿Acaso fuiste un pequeño "bribón" que todo lo conseguía sin esfuerzo? o por el contrario, ¿te tocaba esperar o incluso hacer algunos esfuerzos para conseguir uno que otro privilegio?
Preparar a los chicos a partir del primer año de vida en cuanto a tolerar la frustración no solo garantizará una mayor probabilidad para tener éxito no solo en el logro de sus metas, sino también en su salud mental. No desarrollar una alta tolerancia a la frustración aumentará las probabilidades, por ejemplo, de sufrir la depresión.
Muchos fracasos preceden al éxito, lo que se obtiene con más dificultad genera más habilidades para nuevos aprendizajes. Los más exitosos e incluso habilidosos están llenos en su pasado de muchos fracasos. A ellos los han construidos sus perdidas y frustraciones.
El esfuerzo crea aprendizaje y el resultado de este puede o no conseguir el anhelo o meta. Sin embargo se desarrollarán habilidades en el intento y nuevas conexiones neurológicas que te harán mejor y te acercarán más a lo que quieres.
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