“...El cielo y el infierno, el aire y el fuego y ahora tú y yo...” Las polaridades como símbolo de atracción y de inevitable unión para engendrar equilibrio y aprendizaje.
La vida de pareja es una experiencia única, que nos ayuda a mirarnos de cerca, a crear lo no conocido, a comprobar lo hipotético, a sublimar la realidad y a tocar fondo cuando nos pone a volar. Me es difícil recorrer el tema y no dejar que decenas de sentimientos y recuerdos se mezclen para quizá ponerme en sintonía con todos aquellos que buscan y buscan pareja sin lograr encontrar o para ponerme también en sintonía con los que están seguros que la han hallado y no vacilan jamás.
Comenzaré un ciclo de escritos para reflexionar sobre la vida de pareja, hoy miraremos de cerca ese inmaculado inicio que todos recordamos con gran emoción o incluso algo de incredulidad o dolor dependiendo de la experiencia que nos ha dejado. El encuentro mágico, el enigma de por qué con él o ella y no con otro u otra, ver tu existencia a través del otro, sentir que cuando estamos juntos un algo en nosotros se completa, así es estar enamorado. Y es así que la gran mayoría de las parejas de nuestra cultura dan inicio a la unión o a la vida de pareja. Aquí les dejo una introducción al tema.
Vamos a darle algo de biológico a este tema tan emotivo, para que podamos comprender el origen de dichos sentimientos y hacerlos pisar tierra.
"Tal como explica la American Physiological Society en un comunicado, el estudio ha analizado las respuestas del cerebro de 17 hombres y mujeres jóvenes que se describían como loca y recientemente enamorados. Los resultados se han divulgado en el Journal of Neurophysiology.
Este estudio, que libera de todo romanticismo al amor limitándolo a impulsos eléctricos, señala a demás que el estado inicial del enamoramiento tiene más que ver con la motivación, el beneficio y otros aspectos causales del comportamiento humano, que con las emociones o con la atracción sexual. Según los investigadores, podríamos parecernos más de lo que creemos a otros mamíferos, puesto que en la elección de nuestras parejas a través del enamoramiento inicial, se ponen en marcha respuestas cerebrales similares a las de los animales, y el fin es instintivo: buscar la continuación de la especie a través de la transferencia genética.
Una de las autoras del estudio, Lucy L. Brown, del Albert Einstein College of Medicine de Estados Unidos, señala que los humanos estamos construidos para experimentar sentimientos mágicos como el del amor, y que la investigación realizada ayuda a explicar por qué lo hacemos.
Una de las autoras del estudio, Lucy L. Brown, del Albert Einstein College of Medicine de Estados Unidos, señala que los humanos estamos construidos para experimentar sentimientos mágicos como el del amor, y que la investigación realizada ayuda a explicar por qué lo hacemos.
La mayoría de los participantes en el estudio mostraban claras respuestas emocionales, aunque no se ha descubierto un patrón emocional consistente, sino sólo mucha actividad en las regiones cerebrales relacionadas con la motivación y la consecución de un beneficio. Según los investigadores, esta es la primera recopilación de datos que confirman una relación entre el amor romántico y las redes cerebrales.
Desde este punto de vista, se podría describir por tanto el amor como una motivación o una orientación hacia una situación que se convierte en un objetivo y que provoca varias emociones específicas, como la euforia o la ansiedad. De esta forma, se entendería por qué los amantes muestran la necesidad imperativa de conseguir a su amado o amada y tienden a proteger sus relaciones".
“¿Por qué nos enamoramos de una determinada persona y no de otra? Innumerables investigaciones psicológicas demuestran lo decisivo de los recuerdos infantiles -conscientes e inconscientes-. La llamada teoría de la correspondencia puede resumirse en la frase: "cada cual busca la pareja que cree merecer".
Parece ser que antes de que una persona se fije en otra ya ha construido un mapa mental, un molde completo de circuitos cerebrales que determinan lo que le hará enamorarse de una persona y no de otra. El sexólogo John Money considera que los niños desarrollan esos mapas entre los 5 y 8 años de edad como resultado de asociaciones con miembros de su familia, con amigos, con experiencias y hechos fortuitos. Así pues antes de que el verdadero amor llame a nuestra puerta el sujeto ya ha elaborado los rasgos esenciales de la persona ideal a quien amar.
La química del amor es una expresión acertada. En la cascada de reacciones emocionales hay electricidad (descargas neuronales) y hay química (hormonas y otras sustancias que participan). Ellas son las que hacen que una pasión amorosa descontrole nuestra vida y ellas son las que explican buena parte de los signos del enamoramiento.
Parece ser que antes de que una persona se fije en otra ya ha construido un mapa mental, un molde completo de circuitos cerebrales que determinan lo que le hará enamorarse de una persona y no de otra. El sexólogo John Money considera que los niños desarrollan esos mapas entre los 5 y 8 años de edad como resultado de asociaciones con miembros de su familia, con amigos, con experiencias y hechos fortuitos. Así pues antes de que el verdadero amor llame a nuestra puerta el sujeto ya ha elaborado los rasgos esenciales de la persona ideal a quien amar.
La química del amor es una expresión acertada. En la cascada de reacciones emocionales hay electricidad (descargas neuronales) y hay química (hormonas y otras sustancias que participan). Ellas son las que hacen que una pasión amorosa descontrole nuestra vida y ellas son las que explican buena parte de los signos del enamoramiento.
Cuando encontramos a la persona deseada se dispara la señal de alarma, nuestro organismo entra entonces en ebullición. A través del sistema nervioso el hipotálamo envía mensajes a las diferentes glándulas del cuerpo ordenando a las glándulas suprarrenales que aumenten inmediatamente la producción de adrenalina y noradrenalina (neurotransmisores que comunican entre sí a las células nerviosas).
El verdadero enamoramiento parece ser que sobreviene cuando se produce en el cerebro la FENILETILAMINA, compuesto orgánico de la familia de las anfetaminas.
Al inundarse el cerebro de esta sustancia, éste responde mediante la secreción de dopamina (neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, es decir, de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona placer), norepinefrina y oxiticina (además de estimular las contracciones uterinas para el parto y hacer brotar la leche, parece ser además un mensajero químico del deseo sexual), y comienza el trabajo de los neurotransmisores que dan lugar a los arrebatos sentimentales, en síntesis: se está enamorado. Estos compuestos combinados hacen que los enamorados puedan permanecer horas haciendo el amor y noches enteras conversando, sin sensación alguna de cansancio o sueño.
El affair de la feniletilamina con el amor se inició con la teoría propuesta por los médicos Donald F. Klein y Michael Lebowitz del Instituto Psiquiátrico de Nueva York, que sugirieron que el cerebro de una persona enamorada contenía grandes cantidades de feniletilamina y que sería la responsable de las sensaciones y modificaciones fisiológicas que experimentamos cuando estamos enamorados.
Sospecharon de su existencia mientras realizaban un estudio con pacientes aquejados "de mal de amor", una depresión psíquica causada por una desilusión amorosa. Les llamó la atención la compulsiva tendencia de estas personas a devorar grandes cantidades de chocolate, un alimento especialmente rico en feniletilamina por lo que dedujeron que su adicción debía ser una especie de automedicación para combatir el síndrome de abstinencia causado por la falta de esa sustancia. Según su hipótesis el, por ellos llamado, centro de placer del cerebro comienza a producir feniletilamina a gran escala y así es como perdemos la cabeza, vemos el mundo de color de rosa y nos sentimos flotando.” (Tomado de El rincón de la ciencia. La química del amor por Francisco Muñoz.).
Es importantísimo que conozcamos estos orígenes pues ello nos permitirá comprender que la vida de pareja tiene sus fases bien definidas y que cada una de ellas nace y se transforma. Esta primera fase que surge con el enamoramiento es llamada “Confluencia”.
Muchos estudiosos quizá los más optimistas dicen que esta etapa dura entre dos y tres años, pero hay algunos que se atreven a asegurar que menos de un año, así que con este pronóstico no nos debe entonces extrañar la cantidades de rupturas e incluso divorcios en nuestra sociedad. Hemos equivocadamente asociado el enamoramiento con la vivencia del amor, esto es básicamente lo que quiero aclarar para que a partir de ahora podamos comprender la verdadera naturaleza del amor. Entendamos entonces que ese explosivo sentimiento cargado de impulsos eléctricos y muchas sustancias químicas, es poco controlable por ello es que muchos sienten que los devora y los hace comportarse y sentir cosas que usualmente no ocurrirían. Pero la vivencia del Amor será sin duda una gran decisión que muy probablemente no nos dope ni nos ponga a volar, pero si nos alimente y nos haga crecer para ser cada día mejor y capaces de superar la tan compleja vida de pareja.
¡Muy interesante y lógica forma científica y fisiológica de analizar el enamoramiento de pareja ...enhorabuena Ana Isabel, como siempre brillante!!!
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