miércoles, 14 de mayo de 2014

Vida de Pareja: Etapa de Divergencia.

¿ A dónde fue a parar la magia?


“Y ahora es que me doy cuenta del defecto de su nariz y lo testarudo que puede ser...” despertando a la realidad luego de aquel sueño color de rosa.

En el artículo anterior mencionaba todo lo que suele suceder en el encuentro maravilloso con nuestra pareja, enamorarse es una extraordinaria experiencia y se da en la etapa que hemos de llamar “confluencia”, dicha etapa está asociada a la gestación de un ser humano, y está caracterizada por sensaciones que generan mucho placer y el torbellino químico que se vive en ella es uno de los primeros responsables de tan deliciosa experiencia. Ahora, ya sabemos que dicha etapa tiene su tiempo de vida al igual que el feto en el útero materno, así que tarde o temprano el gran baño químico comenzará a menguar y con ello se producirá un despertar a la realidad, la percepción se aclara y comenzamos a ver con mayor objetividad nuestro idilio amoroso. 

Esta nueva etapa que vivirá la pareja es llamada “divergencia” y la podríamos asociar al nacimiento de un bebé, es una etapa dura y de sobrevivencia, se dan cambios muy bruscos y para ello se necesita de un gran cuidado y protección para garantizar la vida y la salud del nuevo ser. Será la primera gran crisis en la vida de la pareja. Conocerla para saber cómo manejarla es mi propósito en este segundo artículo.

Como su nombre lo indica en esta etapa de la vida de pareja uno o ambos comenzarán a divergir, aparecerán los conflictos y diferencias entre cada uno. En esta etapa ya no se mostrarán tan complacientes, ni querrán estar tanto tiempo uno junto al otro. Comenzarán a reclamarse sus espacios y tiempo, cada quien empieza a sentir sus necesidades y gustos particulares y exigirán su cumplimiento. La culminación de la etapa de confluencia (enamoramiento) y el inicio de la etapa de divergencia representará una crisis, pues dejar atrás ese estado placentero producto del baño químico y la energía inicial por el encuentro, no es fácil para ninguno en la relación de pareja. Y al igual que al nuevo ser que nace esto le generará angustia y una necesidad de cuidados especiales para vivir. Esto es clave para lo que será el manejo de esta etapa en la que se requiere mucho trabajo y apoyo.

La pareja pasará de un estado de placer a uno de displacer, la crisis no se hará esperar y llega de maneras muy distintas para cada pareja. Mencionaré algunos de los principales problemas que se presentan: 

  • En una pareja es muy probable que uno de los dos sea más dominante que el otro, uno de ellos busca controlar la vida del otro, así que el que ha estado bajo dominio comenzará a revelarse y a reclamar su autonomía.
  • En otras parejas ocurre, que uno de los dos siente que es “mejor” o “vale más” que el otro, así que el que se ha sentido disminuido comenzará a exigir igualdad.
  • Uno de los problemas frecuentes es el económico, el dinero, su origen y uso generará conflictos serios, si uno de los miembros gana más dinero que el otro y es quien controla los gastos de la familia, el que casi no genera ingresos de dinero se sentirá de a menos, esto podría generar en un complejo de inferioridad. Suele suceder mucho cuando es la mujer quien gana más, aunque lo contrario también podría ocurrir.
  • Si las diferencias intelectuales son muy obvias, generalmente quien tiene más habilidades procurará asumir que todo cuanto hace es correcto y manipulará al otro que muestra menos ventajas de este tipo.
  • Las diferencias culturales o de familia provocarán choques entre la pareja. Cada uno viene con patrones educativos diferentes, formas de relacionarse diferente y eso en su momento producirá
  • sus peleas ya que cada uno mantiene su patrón sin ceder al del otro. Lo observamos cuando uno de ellos es muy apegado a su familia materna y el otro no. Uno de ellos se mantiene aferrado al cordón umbilical y el otro se resiste a ello exigiendo su espacio y tiempo en particular.
  • La llegada de los hijos también suele ocurrir durante esta etapa e incluso apresurarla si no se ha manifestado. Tener un hijo podría convertirse en una de las causas de mayor conflicto en un pareja si no está preparada. Los hijos son una bendición pero si la pareja no está madura para ello dicha situación podría convertirse en un verdadero hervidero de conflictos.
  • Otro conflicto frecuente y no menos importante aunque lo mencione al final son las relaciones sexuales que suelen ocurrir con menos frecuencia y pasión. La rutina, las obligaciones económicas, domésticas y laborales generan un stress incompatible con el disfrute y el deseo sexual.
  • El incumplimiento de las responsabilidades paternales suele ser otro factor que genera fisuras en la relación de pareja.

He mencionado algunos de los motivos más frecuentes de discusiones y fisuras en la vida de pareja, específicamente en esta etapa que llamamos divergencia. Surgirán conflictos producto de la crisis de adaptación a la nueva vida, muchos no resisten esta etapa y extrañan aquel inicio romántico y lleno de sensaciones placenteras que los hacían flotar y ver todo color rosa. Es muy frecuente que en esta etapa crítica ocurra la tan temida infidelidad por uno o ambos integrantes de la pareja, ya que al extrañar el placer de la vida intrauterina quieren recrear de nuevo tan agradable momento, y buscan iniciar una nueva relación para darse un “alivio”. Por supuesto dado que la primera etapa es transitoria pasarán con su nueva pareja del placer al displacer, muchos al sufrir la experiencia de nuevo buscan regresar a la vida matrimonial con su antigua pareja, pero otros se ven tan involucrados con su nueva relación que toman decisiones más drásticas y deciden unirse definitivamente a esa nueva pareja y divorciarse de la primera. 

Es interesante revisar que algunas personas viven una constante búsqueda de pareja esperando que la etapa de confluencia nunca pase, así estarán continuamente empezando nuevas relaciones, dichas personas no han madurado lo suficiente para enfrentar y trascender las crisis (etapa de divergencia) por las que suelen pasar durante el desarrollo de la vida de pareja.

¿Qué nos ayudará a superar la etapa de divergencia? Personalmente pienso que la clave está justamente en lo que hacen los padres con su nuevo ser, protegerlo y llenar sus necesidades básicas y afectivas. Comprendamos que la vida de pareja es sumamente compleja y diversa, tener apoyo será clave, unos buenos consejeros a la mano (bien sean profesionales, espirituales e incluso amigos experimentados, etc.). Considero que la pareja que se aísla y cree resolverlo todo por su cuenta pierde grandes oportunidades de crecimiento, buscar apoyo de grupos de pareja sería un buen acompañante en esta difícil etapa. No debemos esperar a que el problema o la crisis se maximice, mientras más temprano lo hagamos mejor para todos. Es en esta etapa donde el amor comenzará a dar sus flores, si la relación se abona prudentemente y es regada con agua afectiva, veremos que ese amor dará sus primeros brotes. Por el contrario si nos negamos a trabajar sobre ella, lamentablemente la veremos morir, sin antes haber visto florecerla y muchos menos probar fruto. 

Este parece ser un difícil momento pero es el indicado para tomar la decisión de amar o no. Enamorarse fue involuntario, no lo controlaste, mas este momento está completamente en manos de ustedes, bajo su control y voluntad. Es allí donde veo la magia de esta etapa, me veo creciendo como ser, tomando decisiones y haciéndome cargo de lo que quiero y si esa decisión coincide con la del otro y la decisión mutua es amar se le dará una gran bienvenida a una tercera etapa que llamaremos “convivencia”.

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