lunes, 30 de junio de 2014

Mirarse para encontrarse.

No estamos educados para la autoreflexión. Mirarse es una acción poco conocida en nuestra cultura y sociedad, sin embargo, ella promueve la salud mental.

Se necesita valor para mirarse con franqueza y honestidad. Con frecuencia mirarte puede generar algo de ansiedad porque no estás habituado. Nadie te lo ha modelado y tampoco has hecho consciencia de lo necesario y valioso que es para tu salud emocional e incluso corporal. Observarte y estar atento tanto a tus pensamientos, emociones y síntomas físicos desarrollará una agudeza extraordinaria en una de tus inteligencias, la intrapersonal.  

El conocimiento de ti mismo te dará gran poder sobre tus búsquedas, propósitos, satisfacción de necesidades, toma de decisiones e incluso la curación o prevención de enfermedades. 

Quien se habitúa a mirarse u observarse evita mucho sufrimiento en su vida, sabe hacerse responsable por lo que le corresponde en su justa medida. El que se mira evita los caminos más difíciles y largos que le llevan al aprendizaje, nunca se aburre ni pierde por mucho rato el sentido de su vida. 

Es entretenido mirar y evaluar a otros, pero eso tiene poco mérito, ya que te distrae  de lo importante y relevante que es la auto-observación. En pocas palabras es una verdadera perdida de tiempo centrarse en las acciones de los otros. 

Si vas a mirar a otro que sea justo para mirarte en él. Has conciencia de que es un espejo extraordinario donde puedes espantarte o gozarte. Y no importa en este punto lo que veas, lo exquisitamente fascinante será conocerte, develarte, descubrirte y finalmente encontrarte. 




viernes, 27 de junio de 2014

Cuando una niña se enamora (Poema)


Cuando una niña se enamora,
las rosas pierden sus espinas,
pero, ¿de qué sirve?...
si también perderán su aroma.

Cuando una niña se enamora,
el cielo y la tierra son la misma cosa,
todo se unifica,
pero, ¿de qué sirve?...
¿Cómo verlo, olerlo, tocarlo o besarlo?
si él estará fundido a ella, 
nada de eso será posible. 

Cuando una niña se enamora...
su cuerpo se embellece,
sus labios se hacen tibios y llenos de dulzura, pero, ¿de qué sirve?...
si ella es sólo gracia y ternura. 

Cuando una niña se enamora,
su inocencia la lleva más allá del límite,
todo lo que ve lo transforma
y hasta luce más vivo, 
pero, ¿de qué sirve?...
si nada es verdad, ni real y mucho menos posible.

Cuando una niña se enamora,
la magia revoluciona su vida,
pero, ¿de qué sirve?...
si él no la comprende e incluso ni la percibe.

Cuando una niña se enamora,
las estrellas yacen vivas,
pero, ¿de qué sirve?...
si él nunca mira al cielo ni comprende cómo trascender límites. 

Cuando una niña se enamora,
cada palabra es importante,
cada mensaje se convierte en su aliento sin demora,
pero, ¿de qué sirve?...
si ella es la que sueña, y peor aún, la única que escribe. 


miércoles, 25 de junio de 2014

Una Confesión... Y no precisamente de amor.

Esconderme en ella significó en un momento mi salvación, 
ella me acompañó, me sedujo y me dió un lugar donde encontraba afecto y valoración. Pertenecer era lo que yo quería y ella  lo sabía. 

Mi realidad estaba llena de vacío, soledad, aislada y sin poder expresar, 
así me halló la muy descarada.  

Al principio me acerqué tímidamente, apenas empezaba a conocerla y sin medida y casi desbocada soltaba lo que suponía era lo último que me quedaba.
  
Al inicio sentía que mis expresiones caían en un abismo, 
pero poco a poco entendí que ella las sostenía y algunas me las devolvía. 

De repente sentí que ya no estaba tan sola 
y entonces aquella macabra angustia de a ratos se disipaba.  

Comencé a experimentarla e inicialmente su sabor era dulce y no empalagaba, siempre quedaba con más ganas, un aroma a flores silvestres me arropaba cada día cuando en ella entraba y es que de todo encontraba para no mirar la soledad tan angustiante en la que me hallaba. Y sin ni siquiera percibirlo me alejaba de lo poco tangible que me quedaba.

Con ella puedes ilusionarte, animarte, enamorarte, vivir tus más ocultas fantasías. Ella permite explorarte en otra faceta algo desconocida. 

Me abrió la puerta para ver lo que más me apasionaba. 
Me arrulló con música y palabras ajenas a mi, pero ella fue tan astuta... Y todo me lo ofreció para que yo sintiera que algo me pertenecía, cuando la verdad era que ella me dominaba y poseía. 

Al dejar de mirarla o acariciarla algo en mi se disparaba, abstenerme a ella  me asfixiaba, yo la necesitaba...

Mis palabras, expresiones creativas y afectivas empezaron a quedar registradas porque ella guardaba con recelo cada momento y por primera vez conseguía a alguien que  me atesoraba. 

Cada día los minutos de estar con ella aumentaban, pero a la vez me daba la sensación que el tiempo se me escapaba y ya no era suficiente... Lo mejor de todo es que ella nunca fue indiferente, me buscaba cuando de a ratitos la dejaba. 

Lo más extraño de todo era el sufrimiento que más tarde experimentaba, sin darme cuenta me agobiaba y estresaba.  Algo en mi gritaba... ¡QUIERO CONTACTO REAL!

La buscaba una y otra vez para aliviarme, en unos momentos me servía pero en otros me encontraba completamente perdida. 

No es mentira que ella en momentos era mi única compañía, eso me ataba y cuando miraba en distintas direcciones la peor de mis pesadillas comenzaba, estaba cada vez más aislada. 

Sin darme el permiso de mirarme, sin asumir riesgos, evitando equivocarme, escondida de las miradas reales, de esas que ven más allá del maquillaje.

Esconder mis mayores frustraciones y miedos en ella fue quizá una salida, que más temprano que tarde se convertiría en mi prisión. Y es que si tanto terror te da estar a solas contigo, ella se convierte en buena una solución. 

Así la viví, la experimenté, la sufrí, la conocí y la comprendí...
Ella es la red social y justamente de ella o ellas hoy te quiero hablar. 

El mundo de las redes sociales está transformando nuestra manera de relacionarnos y comunicarnos. No es nada difícil estar en contacto con personas que están a muchas millas de distancia, nos comunicamos de continente a continente con gran versatilidad. Contamos con mucha tecnología comunicacional, teléfonos inteligentes, tabletas, computadores personales y toda la cantidad de aplicaciones y páginas web que  hoy existen para entrar en comunicación y conocer gente sin importar la distancia. Escribirnos, escucharnos y hasta vernos ocasionalmente, una verdadera maravilla que hoy muchos hemos de disfrutar. 

Las redes sociales no solo nos conectan definitivamente nos atrapan. Ellas tienen un gran atractivo, son sumamente estimulantes para la mayoría de las personas, sobre todo para adolescentes y jóvenes, sin embargo, los adultos no están exentos  de usarlas con fervor. 

Hoy me quiero ocupar de esos que la usan para llenar sus vacíos, de aquellos que se refugian y esconden en ella, esos que temen mostrarse al mundo real, a los solitarios que se acompañan con ella, a esos que durmiendo con alguien se despiden de la red con abrazos y besos, y algunos no le dan un beso a quien duerme y amanece a su lado.

Valdría la pena preguntarte  si el uso que le das a la redes sociales es justamente para evadir o huir de tu realidad. Si estás escondiendo algo a través de ella. 
¿Dedicas tanto tiempo a ellas que dejas de cumplir con tus obligaciones?
¿Has pensado en la cantidad de vivencias que dejas de experimentar por la cantidad de tiempo que a diario le dedicas?
¿Es que acaso estar indagando u observando la vida de otro a través de una red social te libera la ansiedad que te produce mirarte?
¿Tanto miedo tienes de estar solo y hacer contacto contigo mismo?
¿Te das cuenta que las amistades que tienes en la redes sociales en su mayoría son superficiales? 
¿Será entonces que tienes terror de intimar y abrirte ante la mirada de otro? 
¿Acaso temes intimar porque estás evitando defraudar o ser defraudado y por ello prefieres ese tipo de relación superficial?  
¿Puedes abstenerte de conectarte mientras estás trabajando o compartiendo con tus amigos, pareja o familia? 

Mantenerte conectado significa psiquicamente hablando, vinculación, pertenecer. Evitas así la sensación de sentirte solo contigo mismo. Te distrae de un entorno posiblemente díficil de lidiar para ti, un entorno que exige, pero las redes son más flexibles y manejables. Te sientes cercano pero tú puedes controlar lo que muestras o no. Y mantienes una distancia muy prudente que permite que no traspasen límites de intimidad. El problema acá es que mientras te sientes vínculado con la gente de la red, te estás aislando de tu círculo real, de ese que puedes ver a los ojos, tomar de la mano, besar y abrazar. Ese que conoce mucho más lo que eres porque te habla en tiempo real, escucha tu lenguaje verbal, y observa tu lenguaje corporal. Ve tu rostro y cuerpo tal cual es, ve tu sonrisa, tu asombro, tu duda,  ve a una persona auténtica y real, que acelera su respiración o tiembla, que usa muletillas o tiene tics nerviosos al hablar, que no puede borrar o editar lo que escribe antes de enviar un mensaje. 
¿Te das cuenta de lo que estás evitando? 
¿Tienes conciencia de lo que estás ocultando?

Tienes la sensación de estar acompañado, pero es eso, una sensación... La realidad es que cada vez estás más aislado. 



lunes, 16 de junio de 2014

Los hombres, lo aprendido acerca de ellos y con ellos.

Algunos aprendizajes que me han dejado los hombres en mi vida: 

Un hombre puede mostrar su sensibilidad sin perder la fuerza que lo mantiene de pie para dar confianza y seguridad. 

Un hombre puede llorar sin que con ello agote su poder y capacidad. 

Un hombre puede pedir ayuda sin que ello le reste coraje y voluntad. 

Un hombre puede negarse a una petición de tipo sexual sin perder en absoluto su virilidad. 

Que el placer sexual va muchísimo más allá de lo carnal. Que nada tiene que ver con tamaños, músculos, movimientos o 101 posiciones y pare usted de contar. 

Me enseñaron lo importante que es mi valoración antes que la que ellos supieron dar. 

Que el hombre que es experto en controlar y castrar tuvo una madre parecida a la "hermana mala de Satanás".

Que pueden proteger y mantenerte a salvo sin tener mucho dinero que dar. 

Que el afecto y el amor le dan mucha más calidad a tu vida que una tarjeta de crédito sin límite de gastos. 

Que el dinero da la seguridad de techo y comida pero no te garantiza caricias, besos ni armonía. 

Que puedes inventarte a un hombre, amarlo y soñarlo todos los días...
Y el día que te despiertas te das cuenta que es una pesadilla. 

Que existen hombres que no serán super héroes pero casi lo logran porque son leales y fieles. 

Que el hombre que no sabe respetar le molesta el valor que te das y el muy tonto procura humillar. 

Que el hombre mujeriego es más indefenso, inseguro y dependiente, por lo tanto, desarrolla el arte de engañar y seducir para no mostrar tanta debilidad. 

Que los miedos que sienten, los llevan a castrar a las personas que con ellos están. 

Que hay hombres que son pura ilusión y en el único lugar que existen es en tu fantasía, pero en la realidad son turbulencia y agonía. 

Que un hombre que te ama está dispuesto a lo que sea para mejorar. 

Que un hombre avaro jamás comprenderá el arte de amar. 

Que el hombre que desarrolla sus afectos e inteligencia es la mejor elección que podrás tomar. 

Que los hombres castrados por la madre te convierten la vida en un infierno de culpa, maltrato y rencor. 
  
Que los hombres te llevan una sola vez en tu vida engañada a la cama. Que la segunda vez que te llevan ya vas muy enamorada. 

Que el hombre que va lleno de miedos a la cama puede convertir el acto sexual en una verdadera embarrada. 

Que mientras más "machos" se presentan menos responsables y virtuosos son.   

Que el hombre que sabe escuchar y aprende a controlar sus deseos de destacar tendrá muchas más batallas ganadas, necesitará menos tiempo para conquistar y enamorar. 

He aprendido con ellos a valorar mi feminidad, a comprender que mi intuición es tan poderosa como la fuerza que emanan para proteger y brindar seguridad. 
Nos asustan los hombres que enfrían nuestro anochecer y no refrescan nuestro amanecer. 
Escapamos de los hombres que no saben contener una ambición enfermiza de control y poder.  
Valoramos profundamente a aquellos hombres que muestran sus debilidades o carencias sin culparte ni menospreciarte. 
Amamos con locura a esos hombres que sin ser poetas llenan de colores, texturas, sabores y olores la rutina de nuestras vidas. 


lunes, 9 de junio de 2014

Estafadores y estafados en el amor.

El amor se traduce en acciones que enaltecen a quien las ejerce. El amor nada tiene que ver con la cursilería "romántica" que muchos saben decir o repetir sin ser acompañada de acciones que la sustente o soporte. 

Se ha trillado el amor de tal manera que con frecuencia escuchamos o leemos a personas que afirman no creer en él. Pero la situación acá es justamente que, dejan de creer en lo que jamás debieron creer. Basaron su creencia en falsas palabras y promesas producto de arrebatos viscerales, hormonales y completan un cuadro muy patético cuando a ellos se anexa una gama de síntomas psicopatológicos.  

Existen estafadores del amor, expertos en vender una mercancía que dicen tener  pero ninguno que la compra la logra obtener. Estos estafadores son creativos diseñando cursilerías "románticas" y usan su repertorio musical y hasta poético una y otra vez con cada una de sus víctimas, ya las conocen a millas de distancia. No necesitan explorarlas tanto, ellas son fáciles de identificar. 

Ávidas de amor, envueltas por una sensación interna de soledad, desprovistas de autovaloración y dispuestas a escuchar una sarta de tonterías que llegan a ella porque aún le queda la esperanza de "hallar un amor verdadero".  
Pero el amor verdadero no es fundamentado en cursilería ni palabrería.  Las palabras sin acciones que sustenten caen al vacío, es una perdida de energía para quien las dice y una perdida de tiempo para quien se detiene a escucharlas. 

Cada palabra bien soportada en acciones es auténtica y sincera. Sentir que se ama o que te aman no es suficiente para sostener lo dicho o sentido. Lo que soporta a la palabra o al sentimiento son las acciones que se realizan para confirmarlo en la realidad. El amor verdadero es más real de lo que nos gustaría reconocer. 

Para empezar una relación de amor romántico o de pareja se necesita en inicio conocerse, lidiarse, escucharse, tocarse, mirarse, olerse, tomarse de las manos y caminar junto al otro, en pocas palabras confirmarse uno al otro. Si no hay esta posibilidad al principio, es muy factible que a la larga te des cuenta que pierdes el tiempo. El mundo virtual como nuestro mundo real está lleno de estafadores de toda índole. Pero en el mundo virtual la estafa "amorosa" puede hacerse con más facilidad, hay muchas  víctimas y victimarios. Gente que cumplen todos los requisitos para el hambriento y desvirtuado estafador. Gente sedienta de compañía,  con pocas destrezas sociales, baja autoestima, fáciles de estafar por sus características y por no tener la facilidad de confirmar elementos que terminarán en su imaginación, por ende, el estafador amoroso hará gala de su arte manipulatorio. Y aunque víctima y victimario suelen tener en común algunas características, el estafador amoroso suele ser mucho más trastornado. 

Si ya te ha pasado sabes de lo que te estoy hablando, si aún no lo has vivido, es posible que no tengas las características ya mencionadas, bien sea como víctima o victimario. 
¿Qué piensas acerca de este tipo de relaciones y de quienes las conforman? 

martes, 3 de junio de 2014

Lo que oculta la adulación.

Adular es la acción compulsiva y desmesurada de "alabar," halagar"o "atender" a otro. Y esto se hace con fines interesados. 

No necesitamos adulación, lo que si es indispensable es la valoración. El que necesite adulación no tiene autovaloración. Aquel que se mida por la cantidad de aduladores que tiene a su paso es un desdichado y pobre señor.

Adulamos cuando somos incapaces de ver el valor o cuando el adulado no tiene mérito ni honor. Los seres más desdichados reciben afecto a través de la adulación. Los seres más miserables se dedican  a la adulación. Si hay pobreza interna en aquellos que necesitan ser adulados, no me puedo imaginar lo miserable que es la vida del que se dedica a adular.

Quien te adula lo que busca es encadenarte, ellos hacen lo que hacen para luego sentirse "dueños" o "merecedores" de favores. 
El que adula suele ser compulsivo expresando una atención o afecto desmesurado y si ello no te agobía entonces te gusta ser adulado. Quien adula pasa de ser servicial a ser servil. 

El adulado equivocadamente cree que tiene poder, el muy tonto piensa que de verdad otros lo han de querer. Quien se ama no disfruta nunca de ser adulado. Quien se ama jamás se sentirá a gusto con el halago excesivo o con la adulación. Quien se ama reconoce el amor y evita la adulación. 

Cuando se valora o ama no es necesario halagar o atender compulsivamente. Pero quien adula necesita hacerlo porque realmente no se lo cree y está casi convencido que si sigue insistiendo vence. Pero él solo vencerá si el adulado está en déficit y también necesita de esa repetición exagerada de halagos y atención porque justamente no se siente merecedor de auténtico amor. 

El afecto que muestra quien adula no es auténtico porque el verdadero afecto se da para dejar ser en plena libertad y elección. Esa necesidad imperiosa y acción repetitiva de querer agradar escudándose en un supuesto "afecto", desaparece si recibe los beneficios o favores esperados y es cuando muestra su verdadera naturaleza. 

Los aduladores se parecen a los amigos como los lobos a los perros."
George Chapman (1559-1634) Poeta, dramaturgo y traductor inglés.
"La adulación es una moneda falsa que tiene curso gracias sólo a nuestra vanidad."
François de La Rochefoucauld (1613-1680) Escritor francés.

"Uno puede defenderse de los ataques; contra el elogio se está indefenso."
Sigmund Freud (1856-1939) Médico austriaco.

"Hombre fácil a la adulación es hombre indefenso."
Arturo Graf (1848-1913) Escritor y poeta italiano.