lunes, 31 de marzo de 2014

Errar, una oportunidad de aprender.

No hay manera de huir de aquello que necesitas aprender. He allí la razón por la que una y otra vez nos tropezamos con la misma situación.
Por ejemplo: si experimentaste el abandono en una etapa de tu vida y no lo superaste, éste se irá mostrando posteriormente en circunstancias, tiempos y seres distintos para que tengas la oportunidad de trascenderlo, es decir, de percibirlo y manejarlo de otra manera. Una vez que esto ocurra la sensación de abandono o su circunstancias desaparecerán. 

 No aprender las lecciones de vida podría generarnos cansancio, resentimiento y hasta aburrimiento. Cometer errores es propio de humanos, pero cometer los mismos errores a cada rato nos hace humanos muy aburridos y resentidos. 

 Si vamos a cometer errores con frecuencia,  que sea por situaciones y lecciones distintas. ¿No te ha pasado que sientes pesado a otro o a ti mismo? Eso es indicio de que está o estás tropezando una y otra vez con la misma piedra. Repitiendo el error y entonces la lección se hace casi  interminable.

Errar es una oportunidad de flexibilizar nuestros esquemas mentales. La equivocación repetida es un indicio de rigidez e incluso terquedad. Los aprendizajes más complejos suelen ser aquellos donde te toca indiscutiblemente hacer un cambio mental o perceptual. Esos cambios de paradigmas te ponen a temblar. 

Aprender es vigorizante,  te estimula a buscar las ventajas de tus circunstancias de vida. Aprender las lecciones de la vida nos otorga una libertad que nada ni nadie nos puede arrebatar.



domingo, 30 de marzo de 2014

¡Quiero un puñado de conciencias!



Hoy quiero y necesito ir contigo más allá de una reflexión, la intención es tocar tu sensibilidad, inducirte a sentir y que se estremezca alguna fibra de tu ser para incitarte a actuar.

Nuestras almas han permanecido adormecidas y ya quieren despertar, no me cabe duda de que están buscando su verdadera libertad. Una libertad que nada tiene que ver con hacer lo que se me antoje, estoy refiriéndome a todas aquellas cosas que nos encarcelan en nuestras propias percepciones como si el mundo en su totalidad fuera esa ínfima parte que logramos ver en lo personal.
 Crecemos en una cultura y en un sistema que nos deja ver y nos señala a donde mirar, nuestras creencias personales están condicionadas y claramente dirigidas a alimentar a un sistema disfuncional. Sólo mira a tu alrededor y lo verás, y al salir un poco más allá  lo que descubrimos suele ser aterrador. Nos matamos unos a otros por obedecer a esa parcela de la verdad que nos han hecho creer como LA GRAN VERDAD, y de esta manera vemos como en nombre de Dios y Patria se han cometido y se cometen tantos crímenes e incluso guerras interminables. 
¿Cómo por defender una ideología o teoría somos capaces de arremeter contra la libertad y el derecho a la vida? Nos dividimos y enfrentamos por tener diferentes creencias sociales, religiosas y políticas entre otras. Y sin ir muy lejos, por defender nuestra individualidad, el hambre y la miseria ajena no nos conmueven.

Hoy te quiero invitar a que no te baste el vestido, alimento, trabajo y estudios... que dirijamos nuestro aliento para alimentar nuestro espíritu, trabajar por el ser y desaprender.

Desaprender la desmedida individualidad, el gozo por lo banal, el miedo a lo irreal, la compulsión de tener por tener. Desaprender todo aquello que la sociedad nos ha marcado como lo más importante aunque nos lo disfrace. Nuestras sociedades no han practicado el amor como forma de dirigirse y organizarse, somos parte de un mundo basado en la distribución desigual, un mundo repleto de injusticia social. 
Quiero dedicarles a todos un escrito que surge de mi reflexión, quizás poética pero llena de algo tangible en cuerpo y alma. Desde lo más profundo de mi ser les entrego lo que hoy he de llamar:

“QUIERO UN PUÑADO DE CONCIENCIAS"

Mientras el dolor se mantenga atado a mi existencia y a la tuya no descansaré hasta desatarlo...hasta lograr liberarnos.
Mi conciencia no se despertará en la medida justa y necesaria si no está acompañada de la colectividad, todos somos importantes.
Mi verdad será más confiable si unes tu verdad a la mía y así juntos podremos alcanzar un mayor nivel de conciencia.
Para elevar mi conciencia debo mostrar mi devoción por conocer y comprender tu verdad. No quiero seguir atada en mí, quiero liberarme para entrar en ti y así juntos salir. La toma de conciencia es colectiva.

Un profundo amor por otros toca aun una fibra de lo que ha quedado de mí... quizás a estas alturas tu amor y el mío no serán suficientes, necesitamos más almas y corazones libres que no se dejen conquistar, pero que se dejen liberar.
Se solicita un diseñador amoroso y libre con el poder de crear mundos nuevos donde el respeto, la justicia social, el amor y la libertad sean la realidad.
Quiero un puñado de conciencias para que trabajemos por la libertad...
Quiero un puñado de conciencias para construir la justicia social...
Quiero un puñado de conciencias lleno de amor compasivo por quienes producen y son víctimas de la violencia...
Quiero un puñado de conciencias que sepa descifrar lo que está funcionando mal...
Quiero un puñado de conciencias que en vez de pelear o matar salgan convencidos de que la solución es amar...
Quiero un puñado de conciencias que dejen de ser títeres...

¡Quiero un puñado de conciencias que asuman el reto de su vida, familia y comunidad!


sábado, 29 de marzo de 2014

Reflexión acerca del odio.

Odiamos cuando deseamos o procuramos el mal a otros. Cuando nos da gozo el dolor o sufrimiento ajeno. Cuando engendramos separación

No confundamos el odio con estar molestos o disgustados con alguien. El odio va mucho más allá de un simple disgusto, desengaño o decepción. 

 El odio nos arrebata toda fuerza interna y peor aún la poca verdad que creíamos poseer.

 "El odio nos  arrebata lecciones, esfuerzos y tiempos; nos quita la oportunidad de ver lo que nos rodea. Es la perfecta antítesis del amor." Esteban Baez. 

 El odio nos consume, nos desvía del camino de la sanación y la superación. 

"Creo que no podemos evitarlo es parte de nuestra naturaleza, pero es el peor lugar para permanecer una vida entera." Esteban Baez  
Esto podemos vivenciarlo en el ejercicio de la venganza, cuando incluso nos damos "razones de peso" para dejarnos arrastrar por él, creyendo que hacemos "justicia". 

"Nuestros odios, miedos y culpas pueden personificarse a través de nosotros, se enseñorean de nuestra vida si les damos la oportunidad.  Creo, que reconocer a tiempo esos sentimientos les pone el alto necesario que nos permite ser lo que somos  sin cargarlos" Esteban Baez

 El odio que sentimos más temprano que tarde arremeterá contra nosotros. Odiarnos no tiene sentido y tampoco es conveniente. El que odia, a quien principalmente odia es a sí mismo  porque ese sentimiento lo ahoga, lo destruye internamente. 

El odio te separa de tu ser y del sentido de buena convivencia. Te aleja del otro y no te permite ver la realidad que vive él.

 El odio hace estragos por doquiera que pasa. Se lleva a "culpables" e "inocentes", él no sabe reconocer lo que se encuentra de frente.

Un corazón lleno de odio cuando va al frente de mucha gente los hace despiadados e indiferentes."Líderes" que odian y logran un efecto profundamente nocivo para sus pueblos e incluso para el mundo. El odio produce un quiebre y la separación es inminente. El que odia no solo se separa a sí mismo de su ser interno, él necesita ganar terreno y busca producir la ruptura o separación fuera de sí. El odio cobra fuerza cuando divide o separa. 

El odio genera desnutrición para el espíritu, enferma y deforma las células de nuestro cuerpo. Destruye proyectos y comunidades. El odio ciega, ensordece y nos hace sumamente indolentes. Está acompañado de creencias irracionales, juicios, resentimientos, culpas, envidias, frustraciones, complejos y de la percepción errada o no, de haber sido víctimas de algunas circunstancias.

 No se puede vivir a gusto, ni ser productivo cuando el odio te mueve. Que sea el amor por ti y tus hermanos lo que movilice cualquier objetivo o proyecto.
  
 Aprender a controlar los impulsos arrebatados por el odio, nos despierta y nos hace mucho más enfocados y conscientes.

No pierdas la perspectiva odiando, eso te resta fuerza y valor, que lo que te mueva poderosamente sea tu gran amor. No hay fuerza superior a esa que se desprende del ser interno cuando estás lleno de esa paz que solo puede tener su origen en un profundo amor.       




jueves, 27 de marzo de 2014

Comprendiendo la importancia de la inclusión.

La separación o no sentir que perteneces ha sido una vivencia tan dura para el hombre que asoció el castigo de Dios a una expulsión del paraíso, en pocas palabras a una separación del mismo. 

No pretendo darle un carácter religioso a mi reflexión pero me es necesario mencionarlo para que puedas comprender lo importante que es para los seres vivientes ser incluidos, sentir que pertenecen o forman parte y lo traumática o desgarradora que puede ser la vivencia de exclusión o separación. 

  Creernos separados ha sido el problema originario. Hemos caído en una profunda confusión.... Percibirnos como si estuviéramos aislados, como si no fuésemos parte uno de los otros.
  
Sentir que no perteneces te anula, te desangra, te desahucia...

No hay peor desajuste o dolor que justamente ese de creernos y sentirnos  separados.  En este punto  podríamos entender  perfectamente a esos que se deprimen por su soledad, por aquellos que lloran la muerte de un ser querido, cada vez que sentimos que nos arrebatan algo sufrimos porque revivimos la sensación de separación. 

Hay un decir algo tonto y hasta falso, ese donde se dice: "yo nací solo por lo tanto no necesito a nadie". Tonto y falso, porque vienes de un vientre que te ha alimentado, has sido absolutamente dependiente hasta incluso en tus primeros años. 

Ser parte, pertenecer, estar incluidos socialmente, es un derecho y una necesidad tan básica como alimentarse para crecer sanos. Es una necesidad socio emocional que si no es satisfecha genera individuos  trastornados. 

Cualquiera que ocupe un lugar de autoridad o liderazgo en la sociedad (padres, maestros, estado, gobierno, etc.) debe velar por la satisfacción de esta necesidad.
La exclusión es típica de autoridades represoras, autocráticas, radicales y sumamente enfermas, que piensan que por no ajustarse a sus criterios los individuos deben estar privados de participar y obtener las mismas oportunidades de quienes no les adversen.   

Perder el rumbo saludable de una sociedad es llevarla a la destrucción desde sus bases. Y esto es prácticamente una manera de desangrarla lentamente hasta verla morir. 

Es tiempo de tomar en tus manos el derecho de ser parte y el deber de incluirte e incluir. No estamos separados, nos afectamos unos a otros y nos necesitamos convenientemente para sobrevivir. Oigase bien, no es un romanticismo, es una realidad, una conveniencia para mantenernos a salvo y seguros. (Somos seres interdependientes)

Incluirte es hacerte parte de mi y que tú me hagas parte de ti. La inclusión es esa comprensión de que siempre hemos sido y seremos parte. 

Incluirte es darte y recibir todo lo que siempre nos ha hecho falta. Es una excelente forma de amarte.

 Quiero incluirte y que me incluyas... amarme y amarte con la misma fuerza que se gobiernan el fuego, la tierra, el agua y el aire.




miércoles, 26 de marzo de 2014

La impotencia psicológica en una lucha personal o social.

Sentirse impotente es dar por sentado que no puedes. Es cambiar la fuerza y voluntad por incapacidad.

La impotencia se adueña de nuestra emoción pero lo más peligroso es cuando hace suya a la razón. 

La impotencia va llenando cada espacio vacío que va encontrando. Y hasta incluso invade los pocos que ya estaban ocupados. 

La impotencia es  contagiosa y no repara en edades, géneros o clases sociales. 
  
La impotencia es  justo eso que sientes cuando no puedes dejar salir tus mejores pensamientos y emociones. 

La impotencia es esa sensación devastadora donde pierdes paz, libertad y casi toda tu racionalidad. 

La impotencia es saberte sin una migaja de poder para superar aquello que ha generado ese fantasma y te sumerge tan hondo para solamente verte perder.

La impotencia es ira y tristeza acumulada pero se resume en gran  desesperanza, esa que te va dejando cada intento no logrado y marchito.

La impotencia te sumerge en una profunda depresión y en su primera fase se hace muy violenta, no mide consecuencias y se enfrenta con gran descontrol. 

La impotencia no colabora en ningún propósito ni lucha,   por el contrario, con ella junto a tu lado tienes todas las de perder. 

 Cuando es la impotencia la que te mueve casi nada la detiene. Es una fuerza contraria, peligrosa para quien la vive y la recibe.

 Cuando es la impotencia la que cobra vida termina siendo prácticamente un acto suicida.

Si la impotencia es lo que hoy te mueve, presta atención, porque estarás expuesto a más frustración.

Una lucha movida por la impotencia es una lucha ficticia, aunque llores lágrimas de sangre, esa lucha estará perdida.

 Si la impotencia te acoge busca drenarla creativamente, no te desboques.

 Que no sea la impotencia la que te mueva... Deja que los grandes ideales y valores movilicen  cualquier lucha que quieras emprender.

 Toda lucha amparada en ideales, valores y con un diseño creativo, es una lucha ganada, aunque todos no lleguen a vivir el grito de gloria cuando llegue la victoria. 



martes, 25 de marzo de 2014

Acerca del cambio.


Los cambios no surgen, se gestan, se crean e incluso se diseñan. Pedir un cambio suena motivador, pero éste no surge solo por un impulso o emoción.

 Los verdaderos cambios surgen de una variedad de experiencias bien asimiladas y aprendidas que te han generado compromisos contigo y otros.

 Cuando ejercemos un cambio es muy seguro perder los puntos de referencia que hasta ese momento nos han llevado, es casi una locura.

 En el cambio desaprendes esquemas que te funcionaron en el pasado, pero ahora son estos lo que te están perturbando. Cambiar es una acción valiente pero muy conveniente y sobre todo inteligente.

Un proceso de cambio te estremece, te entristece y  hasta te duele. Es ver morir aquello a lo que estabas aferrado para sobrevivir.  Si bien el cambio duele, quedarte con los viejos esquemas te hunde, te mata. Cambiar es parte de nuestra naturaleza interna, sin embargo nos resistimos a perder la falsa comodidad que nos inventamos. 

Los malos hábitos y nuestro escaso desarrollo de las virtudes nos atrasa deliberadamente vivir en la sociedad que muchos queremos. Estar atentos a lo que no nos funciona para avanzar y mejorar es importante. Auto-observarnos es clave. 

En todo proceso de cambio exitoso la constancia, paciencia, disciplina y creatividad han tomado un papel protagónico. No desmayes  en el momento más turbio y complicado porque justo eso indica que has estado avanzando en tú propósito de cambio. 



domingo, 23 de marzo de 2014

La Indiferencia nos mata...



La indiferencia cobra vidas en nuestro plano. Se ha hecho aliada de atrocidades y aberraciones que se cometen a diario en nuestro mundo. Lo más triste de todo es que no solo es silencio sino también un desinterés  profundo que abre abismos entre nosotros.

La indiferencia está tomando una fuerza tan poderosa que en cualquier momento se quitará el disfraz y nos mostrará lo que es en realidad. No es más que la negación de nuestro ser. Indica que nos encontramos desvinculados. Que no sabemos quienes somos y hacia donde vamos. Es la prueba fehaciente de no reconocernos como seres interconectados  e interdependientes

La indiferencia mata... Mata al ser que vinimos a ser. Pero también mata a quienes cada día mueren de hambre y sed. 

La indiferencia hiere a quien ama y golpea al que busca sus sueños con esperanza.

La indiferencia duele... Duele en el alma a quien la siente, vive y la padece. 

La indiferencia cruza puñaladas a quienes por tanta miseria e injusticia ven morir a quienes aman. 

La indiferencia es sinónimo de muerte aberrante que desconcierta a quienes aún logran sentirse y sentir. 

La indiferencia me abruma y me quiebra el alma. 

La indiferencia agrega un mayor pesar a quienes sufren ya la injusticia. Ella es su aliada y su cómplice.

¿Es que acaso voy a esperar que pateen, golpeen o maten lo que "amo" para despertar?

¿Voy a esperar pasar hambre para salir a luchar por los que no tienen pan?

¿Voy a esperar ir presa para valorar y comprender el gozo de la libertad?

¿No es suficiente ver y saber que podemos hacer algo para evitar tanto dolor y pesar que atormenta a la humanidad?
  
No Asumir las responsabilidades y el compromiso de ser solidarios y compasivos con otros es muy tonto.  Porque nos guste o no cada cosa que ocurre en nuestro mundo nos afecta a todos. 


viernes, 21 de marzo de 2014

Reflexiones acerca de la tolerancia y la convivencia.

He visto niños hindúes, musulmanes y cristianos compartiendo en la misma mesa y jugando en un mismo espacio. Me dejan extasiada y desde ese día no paro de reflexionar.

Incrementar nuestra tolerancia mejoraría radicalmente la convivencia. 

Cuando somos intolerantes sembramos odio a borbotones. Nos convertimos en metralletas de juicios y agresiones. 

La intolerancia nos lleva a una radicalización que enturbia nuestra relaciones. 

Cuando somos intolerantes presumimos de ser superiores.

Ser tolerante no significa que te dejas humillar o que te colocas bajo el dominio de otros. Ser tolerante te da el toque que te hace resaltar por tu educación y humildad. 

Cuando toleras a tu hermano aunque no piense como tú, desaparecen barreras personales, sociales, religiosas, políticas, culturales e ideológicas. 

Nos hace intolerantes esas creencias que nuestras familia y sociedad nos han de inculcar. 

Aquellos que nos educan y socializan tienen una gran responsabilidad. Familia , instituciones educativas, gobierno, comunidad, iglesia y medios de comunicación en general. 

Tolerar más que esclavizarte te hace amo de tus convicciones y sobre todo de tu libertad. 
A esta altura en la que socialmente nos encontramos, lo único que no deberíamos tolerar es la intolerancia. A los intolerantes no se les da lo que ellos dan, pero tampoco podemos arodillarnos para que nos humillen más. ¿Cómo tolerar que algunas sociedades sigan condenando a personas por su género, raza, creencia religiosa, ideología política o inclinación sexual?

Ser intolerante muestra ceguera mental. Es una incapacidad de percibir una parte más de la realidad.

La tiranía genera sociedades muy intolerantes. 

El intolerante es muy inflexible y no sabe razonar cuando le tocan la creencia que lo pone a tambalear. 

La intolerancia tiene un hijo único y muy consentido que se llama fanatismo. Ellos son suficientes para radicalizar nuestro mundo y hundirlo cada vez más.
Practicar la tolerancia nos dota de una flexibilidad que nos ayudará a sobrellevar los tiempos más difíciles. 

Tolerar nos hará muy buenos oyentes y excelentes comunicadores. 

Tolerar nos hará manejar mejor nuestras relaciones. 
  
Tolerar nos hará buenos ejemplos para las futuras generaciones.

Tolerar no es ser indiferente, tolerar te da la comprensión y la voluntad de que conviviendo en un mismo espacio lo más sabio es saber incluirnos con las mismos derechos y responsabilidades. 


jueves, 20 de marzo de 2014

Dependencia e Interdependencia

Cuando eres dependiente, aunque te suene paradójico, sueles dar más de lo que tú mismo crees. Cuando dependes le das al que te "soporta" o "sostiene", tus sueños, anhelos, tu destino, tu herencia... En pocas palabras, le das demasiado poder.

Cuando otros dependen excesivamente de ti cargas contigo un peso moral, afectivo e incluso económico y político que te hará responsable de cualquier reacción o acción por parte de los que de ti dependen. No importa qué haces o no haces, igual, tú serás el "único" responsable. Pero es muy probable que ello te parezca nada en comparación al poder que se te confiere y si eres adicto a él, entonces, te aferrarás sin importar las consecuencias que eso acarreará para ti y para otros. Y ya en este punto más allá de ser un dominador te transformas en un vil esclavo. Esclavo de tus oscuras obsesiones y de tus más profundas carencias. 

El que se mantiene dependiente tiene un gran temor. El temor de asumir sus responsabilidades e incluso las consecuencias de sus acciones. Las personas que se asumen desde todo punto de vista suelen sentirse incómodas e insatisfechas en relaciones familiares, de pareja, sociales, políticas y económicas  donde prevalece la dependencia. Depender no es tan "cómodo" como algunos pueden creer. Cuando dependes ahogas la capacidad y el desarrollo de tu ser. 

¿Quienes se quedan allí? 
Aquellos más desesperanzados, aquellos que se ven con lástima, que están convencidos que sus problemas son ocasionados por otros. Aquellos que han acumulado por años resentimientos y todo lo responden culpando, cuando la verdad es que se sienten incapaces de asumir los retos de sostener su vida y existencia. Dependen todos aquellos que viven para satisfacer los sueños de otros y no los mutuos. Aquellos que dan toda su fuerza y energía para que quien domine obtenga sus  propósitos que por supuesto suelen ser muy individualistas, narcisos y ególatras. Hasta este punto me es fácil comprender que en una relación de dominación todos terminan siendo absolutamente dependientes. También comprendo que esta dependencia nos lleva más temprano que tarde a un caos personal y colectivo. 

Somos seres interdependientes, más no independientes, nos necesitamos unos a otros para todo, hasta para sobrevivir. Estamos diseñados para sostenernos unos a otros. De hecho, el aislamiento deforma la esencia de nuestro ser. La indiferencia se cuela hoy en nuestras relaciones, familias, y sociedades como una forma de dependencia fría. Es otra forma menos evidente de odiar, culpar e incluso de abandonar los sueños, el reto de vivir y existir

Emprender una idea, proyecto, sueño personal o colectivo no podrá ser factible si otros no se unen directa o indirectamente a éste. Si queremos construir relaciones y sociedades satisfechas, productivas, sanas y libres nos toca asumir con responsabilidad, claridad y convicción nuestra interdependencia. Nos necesitamos unos a otros para continuar nuestro rumbo a ser cada día mejores.