miércoles, 17 de junio de 2015

¿Para qué quieres ser libre?


Me entristece la actitud de los animales silvestres cuando están en cautiverio. Y pensar que en cautiverio la mayoría nos encontramos... 

Alguna vez alguien me dijo: "A esos que tanto hablan de libertad como tú y como yo, deberían saber ¿para qué quieren ser libres?" 

Hoy comprendí lo que me mueve no solo a teorizarla sino a descubrirla y experimentarla.
 
Solo en libertad se puede desarrollar muchísimo más el potencial que por naturaleza traemos con nosotros. En cautiverio "todo te lo dan" y  por ende se atrofia tu habilidad. 

En libertad te expones a más territorio, más adversidad, y terminas desarrollando mucha capacidad y autenticidad. 

La belleza natural solo puede ser apreciada plenamente en libertad.  

Cuando eres libre te obedeces a ti mismo, aprendes a elegir y a responsabilizarte de ti.
 
Quien es libre no culpa ni encadena, es y deja ser porque ese es su mayor placer. 

Quien es libre puede desprogramarse de todo aquello que le dañe. 

Ser libre para transformarte en tu propio amo, para gobernarte, reinarte y de una vez por todas conquistarte. 

Cuando eres libre comprendes que tus condicionamientos y el de otros no se juzgan porque entiendes que ellos no están por encima de ti ni de nadie. Y mucho menos creer que los condicionamientos midan o definan a ti o a alguien. 

Cuando eres libre la vida no te obliga ni te toma, simplemente tú eliges entregarte completo y confiado. 


Imagen tomada de 

domingo, 14 de junio de 2015

La vida me ama

La vida me ama sin ni siquiera probarme, ella no me evalúa, quizá ni me percibe, es posible que con cierta frecuencia me ignore o simplemente está tan ocupada que entre vida y vida se da un segundo para suspirarme. 

Ella nunca se detendrá por nadie, porque ella solo sabe vivir.  Ella se sabe deseada, perseguida y encontrada, ella pone a palpitar los corazones, ella enciende todas las conexiones.  

No me atrevo ya a pedirle nada, porque al final ella reparte como mejor le parece. Le agradezco todo, lo "bueno", lo "malo", lo "absurdo", lo lógico, lo "amargo" y lo "dulce", en fin, todo...

La vida sin duda me ama, aunque en algunas circunstancias pareciera hacer gala de una indiferencia extraordinaria, pero luego me sorprende con belleza luminaria. Y entonces, me abraza, me estremece hasta el punto de temerle a la muerte y poder perderle para siempre.