sábado, 30 de agosto de 2014

¿Con cuál tipo de árbol te identificas?

Existen tiempos donde para algunos árboles nada puedes hacer para evitar que se sequen o que sus hojas caigan, es un ciclo por el cual ellos pasan, es parte de su naturaleza, tratar de evitarlo será frustrante e inútil. Por más abono o agua que uses ellos igual cambiarán de color, se secarán y se desvestirán. Sin embargo hay otro tipo de árbol que se mantiene verde y frondoso todo el año, es como si para él no existiese las estaciones y sus cambios.

 Ahora, cuando llega la primavera los árboles que han sufrido los cambios más drásticos no solo se revisten con hermosas flores, sus hojas tienen un brillo incomparable y justamente ellos hacen la gran diferencia y de estar desnudos y secos pasan a ser los mejor vestidos, se perciben más frescos, más vivos. La primavera no sería lo que es sin su renacimiento. 

Es posible que te sientas como un árbol de esos que se mantienen verdes todo el año y eso es maravilloso, eres mucho más resistente en los tiempos de cambio climático, estás diseñado para hacer lo que otros por naturaleza no pueden, es como mantenerse en pie y despierto todo el tiempo.  O de repente eres como esos árboles que sufren los cambios más radicales, y la manera de sobrevivir es una especie de rendición, es una forma de sometimiento involuntario nada lo detendrá, tus hojas caerán y desnudo y al intemperie quedarás.  Eres de esos que cuando experimentan un cambio se entregan y en apariencia lucen débiles y tristes aunque sus raíces están aferradas a la vida lo que vemos nos engaña porque lo que allí se está gestando es pura vida.  

viernes, 1 de agosto de 2014

Enamorarse, una aproximación a tu yo superior.

Enamorarse es encontrar parte importante de tu divinidad en lo instintivo. Cuando te enamoras tu pensamiento aunque no se aquieta se focaliza ya eso lo hace meditativo, el pecho se exalta y se produce una expansión es como si pudieras  amarlo  todo y los instintos recorren un camino que los hechiza y electrifica. De esa manera te sientes prácticamente encendido todo el  día. Pensamiento, sentimiento e instinto se unifican  y esa carga energética es de una proporción que luce insuperable. 

Enamorarse es una manera básica de entrar en conexión con tu yo superior o si te agrada puedes llamarle Dios. Desear y fundirse con el otro es la forma instintiva de volver al origen, aquel donde la separación no existe y nuestra naturaleza vinculante es satisfecha hasta el límite.  

Enamorarse es abrirle el paso a la valentía, es amplificar el camino a todo aquello que nos produce éxtasis, magia y alegría. Conectarse con tu yo superior te facilita el trabajo de ser mejor. 

El sufrimiento, un amante menos...

No me gusta revestir ni mucho menos maquillar el sufrimiento propio o ajeno. Me niego profundamente a consentir o consolar aquello que embadurna esa piel corroída. Prefiero mil veces derrochar su fortuna y dejarlo en quiebra. Quitar su ropaje clásico con efusiva paciencia y su ropa interior con exquisita violencia. Él no me engaña, yo se lo permito...

Lo he seducido y atraído cientos de veces, pero ya es suficiente. Le he hecho sentir que es el mejor de los amantes y en su ilusión lo cree.  
Pensar que estás tan cerca porque te lo he permitido, pero ya te he sentenciado a vivir aislado o si gustas ve a engañar a otros para que sigas alimentando tu fragilidad e inexistencia, dependes de todos ellos para sentir que existes y soñar que eres real. 
 ¡Oh sufrimiento! Ya ni lastima me das...


Imagen tomada de http://ameliadesola.blogspot.com/2013/02/frida-del-sufrimiento.html?m=1