miércoles, 16 de abril de 2014

¿Por qué nos encontramos?

Lo que ahora leerás quizá en otro tiempo o lugar lo habrás de escuchar.  Es posible que mis letras simplemente lo evoquen. Siempre me he preguntado ¿Por qué logras conectarte con unos y con otros no? ¿Por qué hay gente que pasa inadvertida ante tus ojos y otros que tan solo con un destello invaden todo?

En algún tiempo o lugar de este infinito universo hemos estado discerniendo de nuestra evolución. Sin un cuerpo físico que nos ponga limitaciones, no dormimos ni comemos, no nos enfermamos, lo único que hacemos es pensar, meditar y tenemos la capacidad de intercambiar.  Surge entonces una gran dificultad, hasta ese punto cada uno ha hecho lo suyo para alcanzar evolución, sin embargo, hay unos cuantos que han quedado rezagados en otro plano y para continuar su proceso evolutivo necesitan encontrarse absolutamente todos en ese tiempo y lugar. 

Sin duda,  que en un inicio todos estábamos juntos e incluso en igualdad de condiciones pero no tan evolucionados. Tengo la fantasía de que el número de almas es preciso y perfecto ni una más ni una menos. Hay una fuerza superior en el universo que nos arrastra hacia ella. Pero cada alma tiene su propia resistencia y mientras más le cuesta aprender las lecciones,  más resistente es. 

Quienes han logrado avanzar han comprendido que no pueden continuar su proceso si no atraen a las otras. Es entonces cuando empiezo a comprender nuestras atracciones. Entiendo que existen palabras, gestos, acciones y una vibración en particular que nos engancha. Ellas son las claves que nos arriman hacia unos y no hacia otros. Porque es justo con esos que tendremos las lecciones de vida que necesitamos experimentar para crecer o evolucionar hacia donde otros ya han llegado pero no han podido continuar porque seguimos rezagados. 

Los más evolucionados tienen clara comprensión de que los otros son parte de su propio crecimiento, así que van y vienen para seguir atrayendo. Ahí entendemos a esos grandes y luminosos seres que han llegado y siguen haciéndolo para darnos la mano en este proceso, ellos nos ayudan a comprender nuestro propósito original. 

Se dice que cuando no aprendemos las lecciones se repiten una y otra vez hasta poder lograrla. Para ello la gran fuerza se sirve de todas las almas. Te das cuenta que cuando tienes conflicto con una figura en particular, por ejemplo, la madre, aunque ella ya no esté o pierdas contacto más directo con ella entonces aparece otra figura, una pareja o una hija, que aunque no es la misma tiene el mismo propósito, darte la oportunidad de que aprendas la lección. Esas lecciones siempre están asociadas a las virtudes: paciencia, tolerancia, honestidad, amor, perdón, confianza, paz, humildad, entre muchas otras.

Todo esto que te estoy escribiendo lo he vivido y experimentado en cuerpo y alma. No sé si te ha pasado que en algunos puntos de tu vida te hartas, te entra como una especie de cansancio, los especialistas de la salud mental lo llaman depresión. No es casualidad que justamente esta enfermedad es la que más víctimas cobra en todo el mundo. Para mi la depresión es una medida del termómetro espiritual que nos indica que las lecciones se han repetido tanto y tanto y no logramos aprenderlas. La depresión te hace tocar fondo.  Algunos toman la peor decisión porque el dolor que eso ocasiona es profundo. Unos se suicidan porque creen que no lo lograrán, otros se entregan a las adicciones para experimentar un seudo gozo que por lo menos los mantiene en espera de una ligera posibilidad. 

La cuestión es que si no lo logramos las oportunidades de realización continúan. Los más elevados reconocen que tenemos urgencia de continuar, pero es que mientras más cerca te encuentres de la fuerza original del universo la atracción es mucho más intensa y ya  regresar no es posible para ellos. 

A nosotros los simples mortales nos toca comprender que de cada ser que me siento profundamente atraído positiva o negativamente es una oportunidad de aprender lo que nos toca para seguir. Nos toca vivir con unos experiencia de dolor y con otros de amor. Las experiencias de dolor te harán resistencia pero si las trasciendes el aprendizaje se consolida y multiplica. 

¿Qué pasa cuando la experiencia de dolor te arrastra? 
Aparecen entonces esas almas que vienen a mostrar la experiencia del amor para ponerte a vibrar en una frecuencia más alta, ellas tienen el propósito de acercarte para que te reconozcas de nuevo a través de ellas;  porque en un punto somos lo mismo, somos parte de un todo y estar separados nos enferma, nos envejece, nos hace mortales, en pocas palabras, nos limita. 

Si nos diéramos el permiso de ver y sentir la magia de nuestros encuentros con esas almas que de una u otra forma solo vienen a nosotros para empujarnos hacia esa fuerza original, el cuento que llamamos vida sería aún más interesante. No andaríamos por ella odiando, resintiendo, culpando o maldiciendo. Estaríamos atentos y con gran expectativa para reconocer cual es nuestra próxima lección y seguir camino a nuestra máxima realización. 



No hay comentarios.:

Publicar un comentario